El reggaeton está en todos lados: es una plaga.
Como estuve viendo hace poco, nosotros hemos crecido y seguimos viviendo en un mundo eurocentrista, y tenemos un patrón cultural que nos dice que lo europeo (y también lo norteamericano) es lo mejor.
Por eso empezamos a imitar costumbres europeas y americanas y ahora queremos parecernos a ellos, pero no podemos. Como dice una canción de Los Prisioneros: “occidental de segunda mano”. Es que, en realidad, nosotros somos occidentales, pero no como los europeos o los americanos, por eso… ¿alguien llama a los latinoamericanos “occidentales”? Somos los occidentales marginales.
Con esto quiero decir que escuchando música electrónica, rock o cualquier música occidental (incluyendo la clásica) somos igual de alienados que cuando escuchamos reggaeton.
La diferencia es que todo el mundo sabe que el rock, por ejemplo, es occidental, y cuando lo escucha sabe sobre su origen. Y, como decía alguien por ahí, también ciertos tipos de música implican un movimiento. El punk, por ejemplo, tiene una ideología, más que todo anti-algo (aunque hay punk fresa que parece no tenerla).
El reggaeton, en cambio, ¿qué quiere dar a conocer? ¿Un machismo que subordina a las mujeres como objeto sexual? ¿Una estúpida y ridícula alienación? ¿Un comportamiento vulgar?
Uno de los argumentos que los reggaetoneros toman es que el reggaeton es música latinoamericana, que hay que ser más “nacionalistas”. En fin. Esa idea de nación es algo que prácticamente no existe.
Es que si vemos a un reggaetonero, nos damos cuenta que su vestimenta es copia de ciertos estilos americanos; si los escuchamos, nos damos cuenta que utilizan palabras y expresiones en inglés. Pero es que de latinoamericanos no tienen casi nada, sólo representan a esa zona de Centroamérica que, de por sí, tienen bastante influencia americana.
Pero nosotros imitamos a quienes imitan otra cultura, somos doblemente imitadores. Si lo vemos desde una perspectiva anticapitalista, diremos que es culpa de este sistema, culpa de la globalización. Claro. Pero, igual, imitaremos porque la idea de nación no existe ahora.
El reggaeton es como el hip-hop o rap, sólo que en español, aunque además le agregan sonidos más “latinos”. De hecho, nunca me gusto el hip-hop porque consideraba que cualquier persona de C.I. de 10 podría hacer una canción de ese tipo de música. Igual pasa con el reggaeton, cualquiera que quiera puede hacer eso, cante mal o no. En realidad, ni cantan. Son muy pocos los que sí cantan, otros sólo hablan con su supuesto “ritmo” repetitivo.
Lo que odio de los cantantes de reggaeton, a parte de su estúpida y ridícula indumentaria (si es que podemos llamarlo así), es que se alucinan bien machos. Si hablamos de ser machos de animales no racionales, pues sí, también. Pero, además de eso, es que se creen muy hombres, con muchas ganas de tirarse a cualquier chica para demostrar su virilidad. Sinceramente, lo único que puedo interpretar yo es que son unos promiscuos, aguantados y pajeros (pajeros no, OK, porque no satisfacen de esa manera sus deseos sexuales, prefieren tirarse cualquier puta).
Y, por esta estúpida imagen que se alucinan tener los mierdatoneros, sus “seguidores” también creen que tienen esa imagen. No sólo eso, sino además que se alucinan bien matones. Usualmente los que escuchan reggaeton y que se comportan y visten como Daddy Yankee, son pirañas, delincuentes, vagos y esas cosas.
Claro, hay gente que le gusta el reggaeton para bailarlo en fiestas, o sólo para cantarlo o para escucharlo. Pero hay quienes se alucinan mismo Daddy Yankee o Don Omar. Sólo que son más vulgares y groseros que éstos.
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Continuará algún día... =P